Cuento de caperucita y el lobo para niños
En una pequeña aldea en algún lugar de los bosques de la región, vivía una niña llamada Caperucita. Caperucita era una niña muy alegre, divertida y aventurera, que disfrutaba de jugar en el bosque con sus amigos. Un día, su madre le dijo que iba a visitar a su abuela, que vivía a unos kilómetros de distancia de su casa, y que le llevara una canasta con comida para compartir.
Mientras Caperucita caminaba por el bosque para llegar a la casa de su abuela, se encontró con un lobo hambriento. El lobo le dijo que quería comerse a su abuela y Caperucita no supo qué hacer. Desesperada, Caperucita se enfrentó al lobo para proteger a su abuela. Aunque el lobo era mucho más grande y fuerte que ella, Caperucita fue valiente y no se dejó intimidar. ¿Qué ocurrirá con Caperucita?
Caperucita y el lobo
Había una vez una pequeña niña llamada Caperucita, que vivía en un pequeño pueblo con sus padres. Su madre le dio una cesta llena de comida para que la llevara a su abuela, que vivía a kilómetros de distancia. Caperucita salió alegremente a su camino, pero pronto se encontró con un lobo hambriento. El lobo le dijo: "¿Adónde vas, Caperucita?". Ella le dijo que iba a casa de su abuela y el lobo dijo: "¡Voy a llegar antes que tú!”
El lobo corrió rápidamente hasta la casa de la abuela de Caperucita y se metió en su cama. Cuando Caperucita llegó, el lobo le dijo: "¡Hola abuelita! ¿Cómo estás?". Pero Caperucita sabía que no era su abuela, así que le dijo: "¡No eres mi abuela! ¡Eres el lobo!". El lobo se enfureció y trató de salir por la ventana, pero Caperucita había cerrado la puerta con una silla, así que el lobo se quedó atrapado.
Caperucita corrió afuera y gritó tan fuerte como pudo y los vecinos escucharon su grito. Rápidamente vinieron para ayudar y sacaron al lobo de la casa. El lobo nunca volvió. Caperucita regresó a casa con su abuela, quien la abrazó y le dio un beso de agradecimiento por salvarla. Desde entonces, Caperucita fue aún más cuidadosa y no volvió a hablar con desconocidos.
Moraleja: Nunca olvides que el valor de la amistad es más precioso que cualquier otra cosa.
¡Espero que hayas disfrutado este cuento! ¡Adiós!
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