Cuento de la niña bonita
Era una vez una niña bonita que vivía con sus padres en una casa pintoresca. Se llamaba Lucila, y desde que era pequeña siempre fue una niña muy alegre, divertida y bondadosa. A sus padres les encantaba tenerla como hija, y la consentían y cuidaban mucho.
A Lucila le gustaba explorar el mundo que la rodeaba, y siempre estaba descubriendo algo nuevo. Pero un día, algo inesperado sucedió: una hada mágica apareció ante ella y le prometió un increíble viaje de aventuras, si era capaz de seguir sus consejos. ¿Qué haría Lucila? ¿Se atrevería a aceptar el desafío?
Cuento de la niña bonita
Había una vez una pequeña niña que vivía en una ciudad maravillosa. Era una niña muy hermosa, con cabello dorado y ondulado, ojos color miel y una sonrisa radiante. Sus vecinos la llamaban la niña bonita.
Todos los días, la niña caminaba por la ciudad y su belleza cautivaba a todos los que la veían. Todos los días, ella se paraba en la misma esquina, mirando el horizonte y soñando con una vida mejor.
Un día, mientras estaba en su esquina, vio una carrucha tirada por caballos blancos. El carruaje era tan hermoso como si hubiera salido de un cuento de hadas. Pensó que esta era su oportunidad de escapar de su vida monótona.
La niña corrió hacia el carruaje, y sin pensarlo dos veces, subió. El carruaje se alejó de la ciudad y la niña comenzó a disfrutar de la vista.
De repente, el carruaje se detuvo y apareció una hermosa mujer con un vestido de seda. La niña quedó encantada con la belleza de la mujer. La mujer le dijo que era una reina y que había venido a ofrecerle una vida mejor.
La reina le ofreció una casa bonita, una carrera exitosa, una familia feliz y todos los lujos que pudiera desear. La niña aceptó de inmediato y comenzó su nueva vida.
La niña vivió feliz durante muchos años, disfrutando de su nueva vida. Siempre recordó a la reina y su generosidad. Y todos los días, cuando se paraba en la esquina de su antigua casa, miraba el horizonte y sonreía.
Moraleja: El respeto y la confianza son la base para una relación sana con los demás.
¡Espero que hayas disfrutado leyendo este cuento! ¡Adiós!
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